Evita las lesiones deportivas con estos siete consejos

Ya sea que te hayas unido a una liga de sóftbol o te estés inscribiendo para tu próxima carrera, la posibilidad de lesión por el deporte no es a menudo lo primero que se te viene a la mente, aunque probablemente debería serlo. Según el Consejo Nacional de Seguridad, más de 7 millones de lesiones deportivas y recreativas resultaron en visitas a la sala de emergencias en 2017, el último año registrado. A menudo, las personas resultan lesionadas por hacer demasiado muy pronto, no estar informadas sobre las técnicas adecuadas y no estar preparadas físicamente para el nivel de intensidad de un deporte. Mantén tu cuerpo bajo control y aprende a prevenir lesiones deportivas con estos siete consejos.

  1. Toma descansos. Sí, está bien tomarse cinco minutos. Tomar descansos cortos durante el tiempo de juego puede reducir tu probabilidad de lesión, permitir que tus músculos descansen y prevenir enfermedades relacionadas con el calor.
  2. Usa los zapatos adecuados y el equipo adecuado. Más allá de asegurarte de que tus zapatos sean adecuados para la actividad, la forma en que se ajustan tiene doble importancia. Dado que los pies se hinchan durante el ejercicio, prueba zapatos un poco más grandes que el tamaño que usas normalmente. Tener aproximadamente medio centímetro de espacio entre el dedo gordo del pie y el extremo del zapato es un buen indicador del ajuste adecuado.
  3. Estiramiento y acondicionamiento. La preparación es fundamental en muchos aspectos de la vida, incluyendo la actividad física. Trata bien tu cuerpo estirándote y acondicionándote. Aumenta la flexibilidad y fortalece los músculos. Además, desarrollar tu equilibrio y coordinación puede ayudar a mitigar el riesgo de esguinces de tobillo.
  4. Sigue las técnicas adecuadas. Aprender a jugar correctamente es tan importante. Ya sea la postura correcta, la marcha correcta o incluso una forma especializada de respirar, tu cuerpo te agradecerá por ser inteligente con el juego.
  5. Mantenerse hidratado. La deshidratación resulta de la pérdida de líquidos y electrolitos por el sudor, causando fatiga, dolor, calambres y espasmos. Para apoyar la función nerviosa y muscular, recuerda siempre tener agua a la mano.
  6. Realiza el calentamiento y el enfriamiento.. Despierta los músculos y tejidos con un calentamiento. Dilata los vasos sanguíneos, suministrando oxígeno muy necesario para los músculos. Un enfriamiento es igual de importante, ya que permite que la frecuencia cardíaca descienda lentamente a la normalidad y disminuya el riesgo de calambres y rigidez.
  7. No te presiones. Si ya tienes una lesión o sientes dolor mientras juegas, detente. Al no dejar que tu cuerpo se cure adecuadamente, corres el riesgo de sufrir una lesión más grave y una recuperación más prolongada.

Sal y diviértete, pero siempre recuerda consultar a tu médico antes de comenzar una nueva rutina deportiva.

Fuentes: National Safety Council, American Academy of Pediatrics

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