¿Qué es la hipertensión pulmonar?

Saber cómo fluye la sangre a través del corazón y los pulmones puede ser útil para comprender la hipertensión pulmonar.

Un corazón sano y en pleno funcionamiento recibe sangre pobre en oxígeno a través del ventrículo derecho que luego fluye a través de las arterias pulmonares hacia los pulmones, donde se oxigena. Desde allí, la sangre rica en oxígeno viaja al ventrículo izquierdo a través de la aorta y hacia un laberinto de arterias a todo el cuerpo.

La hipertensión pulmonar ocurre cuando la presión en los vasos sanguíneos que transportan la sangre desde el corazón hacia los pulmones es más alta de lo normal. Esta afección puede engrosar las paredes de las arterias y taponarlas, lo que significa que el corazón debe trabajar más duro para bombear sangre a los pulmones.

¿Cuál es la principal causa de la hipertensión pulmonar?

Existen dos tipos de hipertensión pulmonar. Uno es genético y el otro está relacionado con otras condiciones médicas como las enfermedades cardíacas o pulmonares. Algunas causas subyacentes frecuentes de la hipertensión pulmonar incluyen la enfermedad de células falciformes, la embolia pulmonar, la enfermedad del tejido conectivo, la enfermedad de las arterias coronarias, la hipertensión arterial, la cirrosis, los coágulos de sangre a los pulmones y enfermedades pulmonares como el enfisema y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Estas enfermedades pueden dañar, modificar o bloquear los vasos sanguíneos de las arterias pulmonares.

Factores de riesgo de la hipertensión pulmonar

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle hipertensión pulmonar:

  • Edad: la hipertensión pulmonar puede ocurrir a cualquier persona, incluyendo los niños, pero el riesgo aumenta con la edad y generalmente se diagnostica entre los 30 y los 60 años
  • Medio ambiente: la exposición al amianto o sílice y a las infecciones causadas por parásitos como la esquistosomiasis o la tenia echinococcus
  • Antecedentes familiares y genética: el síndrome de Down, la enfermedad cardíaca congénita y la enfermedad de Gaucher son algunos de los trastornos genéticos más frecuentes que pueden aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión pulmonar
  • Hábitos de vida: el uso de drogas ilegales y el tabaquismo
  • Medicamentos: los medicamentos de quimioterapia como el dasatinib, la mitomicina-C y la ciclofosfamida; los tratamientos para la depresión y la ansiedad como, por ejemplo, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina; y los medicamentos para la pérdida de peso, como la fenfluramina y la dexfenfluramina, también pueden aumentar el riesgo
  • Otras condiciones médicas: trastornos de coagulación de la sangre, enfermedades renales crónicas, escoliosis, hepatitis B o C, cirrosis, extirpación quirúrgica del bazo y enfermedades de la tiroides pueden desencadenar hipertensión pulmonar
  • Género y origen étnico: la hipertensión pulmonar es más común entre las mujeres, los afroamericanos y los no hispanos

¿Cómo saber cuándo empeora la hipertensión pulmonar?

Es difícil reconocer los signos y síntomas de la hipertensión pulmonar porque son comunes para muchas otras condiciones médicas. Los síntomas pueden comenzar con dificultad para respirar, ronquera y fatiga, y luego pueden ser más graves, como los siguientes:

  • Dolor en el lado superior derecho del abdomen
  • Latidos cardíacos acelerados o palpitaciones
  • Dolor torácico
  • Tos seca o flema con sangre
  • Mareos, desmayos o aturdimientos
  • Náuseas y vómitos
  • Inflamación del abdomen, las piernas o los pies causada por la acumulación de líquido
  • Debilidad
  • Sibilancias

Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo y conducir a largo plazo a complicaciones graves, como la anemia, las arritmias, los coágulos de sangre, el sangrado en los pulmones, la insuficiencia cardíaca, el daño hepático, el derrame pericárdico y complicaciones del embarazo.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la hipertensión pulmonar?

Su médico puede recomendarle un plan de tratamiento dependiendo de la causa de la enfermedad. Los cambios hacia un estilo de vida saludable, los medicamentos u otros procedimientos y terapias pueden ayudar a evitar el empeoramiento de los síntomas. A continuación, le presentamos los diferentes tipos de tratamiento para la hipertensión pulmonar:

  • Medicamentos administrados a través de un inhalador o inyección
  • Medicamentos para reducir la inflamación en los pies
  • Oxigenoterapia

Cómo prevenir la hipertensión pulmonar

No toda la hipertensión pulmonar se puede prevenir, pero su médico puede recomendarle estrategias para reducir el riesgo de desarrollar esta afección. Estas pueden incluir el control de la presión arterial alta, de las enfermedades cardíacas coronarias, de las enfermedades hepáticas crónicas y de las enfermedades pulmonares crónicas originadas por el consumo de tabaco. También le puede pedir que se someta a pruebas de detección para verificar si hay cambios en su corazón o pulmones que puedan estar relacionados con la hipertensión pulmonar.

Si tiene riesgo de desarrollar hipertensión pulmonar, busque atención médica para obtener más información sobre su afección y el tratamiento adecuado para esta.

Fuentes:
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
National Heart, Lung, and Blood Institute
MedlinePlus
American Heart Association

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